
En los últimos años, Portugal se ha convertido en uno de los destinos más atractivos para establecer empresas dentro del espacio europeo. Su combinación de ventajas fiscales, ubicación estratégica, clima de negocios estable y políticas favorables para la inversión extranjera hacen que cada vez más emprendedores y compañías internacionales vean en este país una puerta de entrada eficiente y competitiva al mercado europeo. En esta ocasión, analizaremos las razones por las que abrir tu empresa en Portugal es una decisión más ventajosa frente a otros países de Europa.
Entorno fiscal favorable y simplificado
Portugal tiene un tipo impositivo competitivo en el Impuesto de Sociedades, con tasas que pueden comenzar en el 17% para pequeñas y medianas empresas. Aparte, existen regímenes fiscales especiales para nuevas inversiones, como el Régimen Fiscal del Residente No Habitual (NHR), que reduce la carga tributaria para profesionales altamente cualificados y empresarios extranjeros.
Frente a otros países europeos con sistemas fiscales más complejos, altos niveles de carga impositiva o burocracia excesiva, Portugal se posiciona como un territorio que busca atraer talento, capital y nuevas ideas con reglas claras y beneficios tangibles.
Costes operativos más bajos sin perder competitividad
Otro de los aspectos es su competitividad en costes operativos. El coste de vida en Portugal es sensiblemente inferior al de otras capitales europeas como París, Berlín o Ámsterdam, lo que se traduce directamente en menores gastos en oficinas, salarios y servicios generales.
Este ahorro no implica una pérdida de talento o capacidad técnica. Al contrario, Portugal cuenta con una población joven, con alta formación y excelente dominio del inglés, especialmente en sectores como tecnología, ingeniería, turismo y servicios empresariales. Muchas startups tecnológicas y multinacionales están trasladando parte de sus operaciones al país por esta misma razón.
Estabilidad política y acceso al mercado europeo
Portugal es miembro de la Unión Europea y la zona euro, lo que significa acceso directo y sin restricciones al mercado comunitario. Esto incluye la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas, algo fundamental para compañías que operan en múltiples países o buscan expandirse con facilidad.
A nivel político, el país goza de una estabilidad institucional consolidada, con políticas pro-inversión sostenidas tanto por gobiernos de izquierda como de derecha. La transparencia institucional y el cumplimiento del Estado de derecho fortalecen aún más la confianza de los inversores internacionales.
Infraestructura moderna y conectividad estratégica
La región ha realizado grandes inversiones en infraestructura durante las últimas dos décadas, gracias al apoyo de fondos europeos. Por ello se ha permitido el desarrollo una red eficiente de transporte, puertos logísticos modernos, internet de alta velocidad y hubs tecnológicos como el de Lisboa y Oporto.
Además, su ubicación geográfica le otorga un papel clave como punto de conexión entre Europa, África y América. Las empresas con vocación internacional encuentran en Portugal una base perfecta para coordinar operaciones globales gracias a sus conexiones aéreas, marítimas y digitales.
Incentivos a la innovación y digitalización
El gobierno portugués fomenta activamente la innovación y el emprendimiento a través de programas de financiación, incubadoras públicas y privadas, y colaboración con universidades y centros tecnológicos. Portugal ha acogido eventos internacionales como el Web Summit, reforzando su imagen como ecosistema ideal para startups.
Los beneficios fiscales por inversión en I+D, la agilidad para constituir una empresa y la disponibilidad de programas de apoyo europeos lo hacen uno de los países más dinámicos de Europa para proyectos tecnológicos y digitales.
Calidad de vida como valor añadido
Finalmente, no se puede ignorar un factor clave que muchas veces influye en la decisión de internacionalizar o trasladar una empresa: la calidad de vida. Portugal tiene un entorno seguro, con excelente clima, gastronomía, servicios sanitarios de calidad y una gran riqueza cultural.
Esto no solo atrae a los fundadores y altos directivos, sino que retiene talento cualificado, al ofrecer un estilo de vida equilibrado, acceso a la naturaleza, buena educación y costos razonables. Para muchas empresas, los factores son estratégicos a la hora de motivar a su equipo y crear una cultura empresarial positiva.